Ya no quiero ser...
Otro fracaso más para la era Jardine
Las Águilas del América perdieron, nuevamente, una final ante los Diablos Rojos del Toluca. Ahora, por el Campeón de Campeones del año futbolístico 2024-2025.
En un partido bastante movido, los de Coapa iniciaron ganando con una gran jugada entre Brian y Zendejas al minuto 1. Por un momento, pensamos que la historia sería diferente. Nos vimos teniendo una pequeña revancha de lo acontecido hace unos meses.
Pero, tristemente, no fue así. A pesar de que América fue mejor los primeros minutos, no se pudo hacer otro gol y fue entonces cuando el Toluca decidió hacerse del balón. Sin mucho problema, los Diablos empezaron a hacer lo que quisieron y fue cuestión de tiempo. Un disparo de larga distancia y un error de Malagón causaron el empate.
Luego, la jugada ya clásica para recibir gol en contra. Un tiro de esquina, una mala marca, un cabezazo a puerta y un Malagón amarrado a la línea de gol. Lo que empezó como fiesta, a la mitad ya parecía funeral.
En la segunda parte América se vio inoperante, no pudo hacer nada de provecho, ni siquiera se acercó al marco. En una jugada polémica, Toluca hizo el tercero, pero si no caía ahí, hubiera caído más tarde. Las Águilas estaban muertas, no había esperanza de una reacción.
En los últimos minutos, Toluca ya no quiso ofender más y simplemente se dedicó a sortear los tímidos ataques americanistas, que para colmo, se quedarían con 10.
El árbitro, que hizo un pésimo trabajo, decidió que era hora de ver a los Diablos celebrar y terminó el suplicio americanista.
El nuevo fracaso de André Jardine y los suyos se puede explicar de varias formas. La más simplista, que el arbitraje acuchilló a los Azulcremas. Un gol en fuera de lugar y otro en tiempo ya cumplido. Pero irse por ese camino, sin dudas, es lo más sencillo, pero es un error total.
Sí, el arbitraje fue malísimo, pero lo que fue peor fue la actitud de los futbolistas del América y la nula capacidad de Jardine para contrarrestar a Antonio Mohamed cuando realmente importa.
El parado inicial, sin un “5” natural, acabó pesando. Aunado a que Zendejas no termina de pesar como “10” en el campo. Mientras que Fidalgo y Sánchez no logran entenderse, al contrario, se estorban. Brian vive de chispazos y Aguirre está más muerto que el personaje de Bruce Willis en el Sexto Sentido. Atrás, la dupla Igor-Cáceres genera más problemas de los que soluciona, y finalmente, el paupérrimo nivel que se carga Malagón termina de fastidiar todo.
Y las soluciones no llegan desde la banca. En nombres, parece que se tiene potencial: Henry, Zúñiga, Dávila, Dos Santos, Cervantes, Alexis. Pero en la realidad, no se tiene un verdadero revulsivo que pueda sacar las papas del fuego.
Este América Apertura 2025 es uno muy triste, los “tricampeones” envejecen y han perdido el hambre de triunfo. De dientes para afuera, se cansan de declarar que quieren más, que les dolió perder la final del Clausura 2025 y no ir al Mundial de Clubes. Que confiemos en ellos.
Sin embargo, la triste realidad es que salen a pelotear al campo, ya no se mueren en la raya. Si ganan bien, si no, también.
Jardine tiene su parte de culpa. Se le está muriendo el equipo en las manos y parece no tener soluciones. Ya no hay cosas innovadoras en sus parados, ya no hay experimentos en posiciones. Se va a la fácil, se queda con los mismos de siempre. No arriesga. No trabaja el balón parado, prefiere hacer grupo a jalar las orejas. Urge liderazgo desde el guía del equipo, o serán 6 meses muuuuy largos.
Y no dejaremos de culpar al verdadero villano. Emilio Azcárraga y su directiva. Creyeron que la fórmula del tricampeonato era simple: “Jardine y su magia”. Pero que equivocados están, sí, el brasileño es un buen entrenador, pero si no le dan armas y lo dejan morir solo, pasan cosas como las del día de ayer. Si crees que basta con llenar posiciones con hombres, sin necesidad de meterle una gran cantidad de dinero para traer nombres, te vas a ir al carajo.
Si crees que es mejor vender caro a tus figuras y comprar barato a cualquier hijo de vecino, estamos camino rumbo al fracaso seguro. Es como cambiarle piezas originales a tu Mercedes Benz con piezas compradas en Temu.
No se dieron cuenta que el equipo se les hacía viejo y con poca hambre de triunfo. Pero, el peor error de todos, no vieron o no quisieron ver que los rivales, hartos de ver triunfar al América, se están armando hasta los dientes.
Mientras tú te desarmas, los otros llenan sus armerías de municiones. La gestión ha dejado mucho que desear.
En fin, América suma un fracaso más en la era Jardine. Ya no todo es mil sobre hojuelas. Ahora, nuestro mayor anhelo es un par de refuerzos de calidad.
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Urge probar a Israel como contención. O de plano probar con Naveda que regreso al equipo, a ver si en una de esas vuelve a ser el de antes de su lesión.
Todos sabíamos cómo jugaría Mohamed, no fue sorpresa el parado e intención de Toluca, pero mientras, veíamos a Vega defendiendo bien pegado a su portero y comandando a máxima velocidad los ataques, los nuestros no mostraban esa hambre, si las ganas, pero no la misma hambre. De qué sirve “controlar” la cancha si no dominas al rival?. Ganar sin un goleador de área es muy complicado, y aunque nos duela y algunos les cueste verlo, hace 6/8 meses nos quedamos sin un Killer. Ah y como se extraña al gitano del cachorro (rarísimo que lo hagamos), al menos se atrevía a intentar lo que hoy nadie puede. Nos falta un 5 que aterrorice al rival, nos falta un 9 que ponga nervioso a los dos o 3 centrales y si no cambiamos el parado, nos faltará un 10.