No es un bajón
Cuando tus “fantásticos” se van, la magia también.
Los optimistas siguen clamando que el turbulento momento de las Águilas del América es “un bajón normal tras una racha de ensueño”.
Lo entiendo, porque nadie quiere reconocer que las cosas están peor de lo que parecen, pero, lamento diferir.
Esto no es un bajón, sino un descenso en la calidad del plantel, situación que se ha comentado hasta el cansancio, pero hay algo más.
Si en algo está de acuerdo el americanismo, es que el primero de los tres campeonatos fue el más espectacular. Fue un América que alcanzó cuotas elevadas de fútbol brillante que enamoró a propios y extraños.
La característica primordial de ese América no solo era un ataque voraz, sino una defensa alta feroz.
Jardine logró que su aparato ofensivo asfixiara a los rivales. La sorpresa mayúscula fue ver a Julián Quiñones bajando hasta la zona de lateral para apretar y recuperar. Mismo caso de Cabecita Rodríguez, que nunca defendió tanto como en su tiempo en Coapa.
Por el otro costado, Zendejas hacía lo propio. Incluso Diego Valdés, estando en su momento prime, presionaba lo suficiente, y ni qué decir de Henry Martín, el mejor ejemplo de cómo fastidiar a los defensores rivales.
América tuvo una zona de ataque dominante, tanto con la pelota como sin ella.
Pasado un año y medio, la situación es absolutamente abismal. Henry vive lesionado y su físico no es el de antes. Brianno defiende de la misma forma que sus antecesores. Zendejas corretea, pero vive entre la banda y el centro del campo. Zúñiga no parece un tipo que tenga mucho sacrificio.
América perdió a sus cuatro fantásticos y las consecuencias están ahí, visibles para todos. El equipo no presiona lo suficiente y ya no domina con la autoridad de ese primer gran título en la era Jardine.
El brasileño no anda con medias tintas. Demanda esfuerzo y piernas de sus jugadores. Es el primero en sufrir cuando los herederos distan de asimilar lo que necesita de sus atacantes.
Así que en lo que Brian, Violante, Dávila, Búfalo, Zúñiga y lo que quede de Henry entienden que la clave es recuperar rápido la pelota y hacerla trascender, se seguirá sufriendo.
Es cierto que falta calidad en varias líneas, pero también hace falta que, aparte de buen pie, tengan la humildad suficiente para entender que los atacantes son los primeros defensores.
Por lo pronto, toca seguir analizando la evolución del conjunto Azulcrema y ver qué se le ocurre al entrenador amazónico para educar a sus pupilos.
Basta de decir que es un bajón, no lo es. Si no están los mismos, es imposible considerarle así. Son los nuevos que distan de ofrecer lo que los anteriores sí trajeron a la mesa.
No es tiempo lo que se necesita para mágicamente ver al equipo volar como gusta, es trabajo en todas las líneas: jugadores, técnico y directiva.
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Es un bajón que lleva ya al menos un año. Lo que pasa es que se estaba volando tan alto, que incluso descendiendo seguíamos por encima del resto. Pero tarde o temprano, la realidad te alcanza. Como dicen los golfistas, 'llegó Norma'... y sí, nos llegó —y con furia. Desde el Play-In debimos darnos cuenta, pero tal vez no queríamos ver. Ahora no queda más que aceptar el momento, procesar la sacudida y entender que es tiempo de una renovación real, profunda y con propósito, eso o ver otro deporte, que tal liga de poetas urbanos (raperos)?.